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La actitud y el error. Primera parte

Una regla fundamental en el desarrollo de una actitud de aprendizaje tiene que ver con la capacidad de las personas de identificar sus errores; tanto identificarlos rápidamente como reaccionar a los mismos.


Como ya se ha mencionado antes, existen dos tipos de mentalidad, no profundizaré porque ya se ha hecho previamente pero las retomaré: mentalidad de crecimiento vs mentalidad fija.


Tenemos entonces personas cuya mentalidad está reforzada por el error, es decir, el error es un activo que puede estar presente en sus vidas, no es un problema que deben evitar sino una oportunidad para aprender.

Ya desde aquí podemos empezar a identificar formas de ayudar a los pequeños a desarrollar esta apertura por el error; empezamos por lo más simple: aceptar la existencia de los errores y después la connotación positiva a la equivocación.


La idea es muy sencilla. Imaginen que tienen un libro con imágenes para buscar objetos (como los de Wally, ¿los recuerdan? ¿Dónde está Wally?) Ahora imaginen que el libro solo tiene imágenes pero no te dice lo que debes buscar. Queda claro que el sentido del libro se pierde. Lo que quiero decir es que es muy difícil encontrar algo que no sabes que existe. Dicho esto, ya podemos intuir que debemos acostumbrar a los pequeños a la idea de que pueden equivocarse, acto seguido, motivarlos a equivocarse. ¿Suena raro? No lo es.



La psicóloga Angela Duckworth (Beca MacArthur 2013) ha afirmado que durante su infancia, su padre mientras cenaban siempre le preguntaba en qué se había equivocado ese día. Todos los días sin falta la pregunta era la misma; fue tanta la insistencia que quizás en algún momento comenzó a equivocarse para tener un tema de conversación con él. Más adelante confirmó que el objetivo de su padre era naturalizar el error porque, equivocarse significa que está intentando cosas nuevas. Hay que añadir que Duckworth ganó la beca MacArthur (una de las más importantes en el campo de la ciencia) por su trabajo en el estudio del comportamiento y el éxito.



Las personas que no le temen al error se atreven a intentar cosas nuevas, con mayor dificultad.

Entonces sí, dejemos claro que en casa con nuestros pequeños el error debe ser privilegiado, incluso más que el acierto porque el error es el principio de un aprendizaje, es a partir del error que podemos incitar a los niños a averiguar que fue lo que pasó. Esto, es el principio del pensamiento critico y científico.


En la siguiente entrada explico las otras dos características a trabajar en torno al error.


-Este texto forma parte de un proyecto llamado: "El cerebro emocionado: Introducción al aprendizaje creativo" -

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